La Alcaldía de SDE viola sus propias normas y pone en peligro al peatón.
Dío Astacio anda él mismo, entregado en cuerpo y alma , tirado a las calles de Santo Domingo Este en los afanes por controlar la alarmante acumulación de basura que afecta a todo el municipio.
Y es cierto que el alcalde anda en «ropa de trabajo», por lo menos, hasta que se hacen las fotos y los videos que luego veremos en sus redes sociales, lo cual no está mal.
Chévere! Al pastor le gusta el figureo y más que eso, el hombre sabe de mercadeo, lo cual también, está bien.
Ahora, lo verdaderamente grave es que sea el propio alcalde quien esté violando las normas municipales de manera olímpica.
El alcalde logró que el Concejo de Regidores le aprobara el «Estado de Urgencia» que le pone en sus manos, nada más y nada menos que, 280 millones de pesos para combatir la basura, entre otros aspectos vitales en los primeros 100 días de su gestión.
De repente y como por arte de magia, han aparecido en diferentes puntos del municipio una especie de furgones, pintados y preparados con agujeros para que allí se deposite la basura.
Esos «furgones» parece que sólo estaban esperando que Dío llegara a la alcaldía, porque en cuestión de un par de días ya estaban siendo instalados por todas partes.
Y es ahí donde viene la violación, por lo menos la primera violación, la que se puede ver desde afuera, porque es probable que se esten cometiendo otras igualmente graves.
Mientras tanto la alcaldía de Santo Domingo Este, con Dío Astacio a la cabeza está instalando esos «cajones gigantes» obstaculizando las aceras y de paso violando sus propias normativas para que se respete el libre tránsito de los peatones, que cuando lleguen al contenedor tendrán que tirarse a las calles, sin importarle al alcalde el peligro que esto representa para niños, ancianos, desvalidos y para la población en general.
Todo eso, sin mencionar el peligro que para los vehículos representan los contenedores, que por demás, no tienen señalización, en medio de la oscuridad, lo que puede causar la muerte de cualquier motorista o choque con un vehículo a alta velocidad por la falta de visibilidad.
Las aceras deben ser seguras, libres y limpias, pero increíblemente, el alcalde las manda a obstaculizar.
No hay reglas claras en el ordenamiento urbano, los espacios destinados a las aceras, que se supone son para que las personas puedan transitar libremente, son caprichosamente ocupadas por todo el que necesita el pedazo de suelo, sin tomar en cuenta que están violando un derecho.
Pero, que sean las propias autoridades las que violen esos derechos, es verdaderamente inadmisible.
Lo que todos esperábamos era que el nuevo alcalde iba a iniciar un verdadero saneamiento de los espacios públicos y aquellos espacios de utilidad común.
Parece que al Alcalde, que anda personalmente en los operativos, no le importa la obstrucción de las aceras, que obliga al peatón a exponer su vida por tener que caminar en la calle, en un momento en que las mismas resultan pequeñas para la cantidad de vehículos que transitan.
Jacobo Colón, el prestigioso jurista y comunicador del municipio reaccionaba indignado ayer en su cuenta de Facebook con una pregunta y una reflexión ante la violación de la alcaldía a sus propias normativas y la ley 176-07, que rige los ayuntamientos.
¿Está el propio ayuntamiento violando la ley municipal?, se preguntaba.
«Por extraño que parezca, así es; las autoridades piensan que les pueden exigir a los ciudadanos que cumplan y que ellos están eximidos de hacerlo, ¡Mentira!»
Si observamos bien la foto que acompaña esta nota, se hace obligatoria la siguiente pregunta:
¿Tendrá el Alcalde autoridad moral para quitar el carro que está obstruyendo la acera al lado del contenedor que el ayuntamiento también subió a la acera?
¿Quién es más violador de la ley?
Sea usted el jurado.